lunes, 7 de febrero de 2011

Super Bowl

Ayer fue la nosecuantas edición de la Super Bowl, uno de los eventos más importantes del año para los americanos. Aunque no es realmente un día de fiesta, como cae en domingo y el partido es seguido masivamente, con el tiempo se ha convertido en un festivo de facto.

Pero empecemos por el principio. ¿Qué es la Super Bowl? Esa es una buena pregunta. A día de hoy no lo tengo muy claro. Lo que he llegado a deducir de las noticias y comentarios del partido (a los que no presté mucho caso, la verdad) es que se trata de la final de la liga de fútbol americano. Ahora bien, al parecer la juegan dos equipos que previamente han ganado la final de otros dos campeonatos de no sé muy bien qué. Sí, es una descripción muy vaga, pero es la que hay. Si os interesan los detalles técnicos, os recomiendo que leais la Wikipedia y no este blog.


Otra duda que convendría despejar es en qué consiste el deporte del fútbol americano. De nuevo, mis ideas son bastante confusas en este aspecto. Ocurre que, a pesar de que el deporte se llama football (que literalmente significa balon-pié), se juega con una pelota en forma de melón utilizando esencialmente las manos. Partiendo de esa base, el resto de normas me resultan bastante crípticas. Baste decir que consiste en llevar el melón hasta el final del campo del rival. Aunque aparentemente el melón no es más que una excusa para poder zurrarse de lo lindo los unos a los otros. Y eso es todo lo que tengo que decir sobre este deporte. Como ya dije antes, si os interesan los fríos y desapasionados datos, la Wikipedia es lo que deberíais estar leyendo. Es más, perder el tiempo con las tonterías que yo escribo no dice nada bueno sobre vosotros. Aunque os quiero igualmente.

Pasando un poco a lo que viene siendo la celebración, debo decir de nuevo que el seguimiento del partido es masivo. Lo más típico es reunirse todos para verlo en la casa de algún amigo con mucha cerveza y algún plato-basura típicamente americano. En nuestro caso, como vivimos en un campus seco en el que está prohibido beber alcohol, y por avatares del destino tuvimos que ver el partido en pleno salón común, lo de la cerveza se nos estropeó un poco. Eso sí, lo arreglamos parcialmente poniéndonos tibios a base de alitas de pollo, que, como no, habíamos encargado previamente.

Algo especialmente interesante es la propia retransmisión. Hay cámaras por todas partes y de todos los tipos. Rodean el campo personas con cámaras, las hay colgadas de las partes más altas y sobre raíles a lo largo del estadio. Las hay incluso telescópicas sobre estructuras metálicas que son capaces de acercarlas a apenas un par de metros de cualquier punto del campo.

También reseñable en la retransmisión es el autobombo propio de los americanos, con cortos protagonizados por famosos como Michael Douglas para alabar la constitución, las fuerzas armadas, o la propia bandera de Estados Unidos. Estos cortos son emitidos durante el pre-partido, esa hora, hora y pico antes de que empiece realmente el juego, y, la verdad, oscilan entre lo admirable y lo lamentable.

Y eso no es lo único destacable: también están los anuncios, especialmente hechos para la ocasión, y algunos de ellos tremendamente originales. Así que, para culminar mi pequeño reporte sobre la Super Bowl, os dejo con el anuncio que más me gustó anoche.

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